Philipp Mainländer, el filósofo que mató a Dios antes que Nietzsche

Philipp Mainländer, el filósofo que mató a Dios antes que Nietzsche

Diostuitero nos decubre al fascinante filósofo y poeta aleman Philipp Mainländer que aseguró que Dios se había suicidado.

 

Todo el mundo conoce la famosa frase de Nietzsche: "Dios ha muerto". Al final yo lo maté a él y aquí estoy escribiendo un artículo. Dios 1- Nietzsche 0.

Pues bien, antes de que Nietzsche escribiera esa famosa sentencia en su obra 'La gaya ciencia', otro joven poeta y filósofo alemán, Philipp Mainländer (1841-1876), afirmó también lo mismo.

Seguidor de Schopenhauer, el joven Philipp llevó un paso más allá el pesimismo de éste y llegó a la siguiente conclusión: Dios había muerto…no porque el hombre le había matado, como afirmaría Nietzsche años después, sino porque había encontrado insoportable el hecho de ser eterno y ¡se había suicidado!

Con su suicidio, los restos de ese Dios habrían dado lugar al universo, y cada una de esas partículas, seres humanos incluídos, llevarían aparejado un destino de muerte y destrucción, un camino hacia la nada que, a diferencia del argumento de La Historia Interminable, es el mejor de los estados posibles.

En su filosofía, Mainländer se pregunta por el sentido de la existencia y defiende el suicidio como la única salida. Es más, asoció la procreación con un acto criminal ya que “se da la vida a los hijos sin poder darles la certeza de la felicidad”. Entonces, “¿no debería ser un pecador si, pese a esta visión, me esmerase en tener descendientes, es decir en traer seres infelices?”

Para él, el mejor destino del ser humano y de todas las cosas es la extinción, la nada. Me recuerda a aquel proverbio árabe que reza: "Mejor sentado que de pie. Mejor tumbado que sentado. Mejor dormido que tumbado. Mejor muerto que dormido."

Mainländer fue consecuente con sus ideas y, después de trabajar febrilmente en su obra, al día siguiente de tener en sus manos el primer ejemplar de su libro "La filosofía de la redención", se suicidó. Tenía 34 años.

Su hermana Minna, que lo había seguido en sus estudios de filosofía, recopiló los ensayos dejados por su hermano y los publicó diez años después como segundo volumen de "La filosofía de la redención". Entonces, se suicidó también ella.

La obra de este hombre tenía más peligro que la cinta de vídeo de The Ring.

Más de un siglo después, en 1991, fallecía en su casa otro poeta maldito y desconocido, José María Fonollosa ( al que luego cantó Albert Pla). No sabemos si había leído a Mainländer, pero sobre su mesa, junto a varios borradores y un esbozo de testamento a lápiz, se encontró el siguiente poema:

"No a la transmigración en otra especie.

 

No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.

 

No a que me absorba cualquier divinidad.

 

No a un más allá, ni aun siendo el paraíso

 

reservado a islamitas, con beldades

 

que un libro garantiza siempre vírgenes.

 

Porque esos son los juegos para ingenuos

 

en que mi agnosticismo nunca apuesta.

 

Mi envite es al no ser. A lo seguro.

 

Rechaza otro existir, tras consumida

 

mi ración de este guiso indigerible.

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