Tomado de: https://editorialcactus.com.ar/blog/poetica-de-la-atencion/
Presentamos el posfacio de Stephan Durand para Habitar como un pájaro. de Vinciane Despret
"Reducir la velocidad: advertencia, personas trabajando"
Cuando Vinciane Despret escucha el canto del mirlo, no solo escucha melodías, sino también las reflexiones de los ornitólogos. En contraste con la prisa de una ciencia que ansía establecer leyes universales rápidamente, ya sea en física o química, y que concluye con demasiada prontitud que la naturaleza es una jungla gobernada por la ley del más fuerte, Vinciane se mueve con cautela. Observa las ideas de los ornitólogos de la misma manera en que estos observan a las aves. Invoca a los investigadores que observan de manera incansable, titubean, suspenden su juicio y se toman el tiempo necesario para identificar las diferencias más pequeñas, las singularidades más modestas. Con mil precauciones, Vinciane navega por el laberinto de sus hipótesis. Persigue las ideas, las acorrala: bajo su pluma, aparecen, evolucionan, desaparecen y, a veces, resurgen. Existe como una ecología de las ideas. Vinciane está atenta a las atenciones de esos científicos: una atención elevada al cuadrado, que brinda la oportunidad de expresar la diversidad sutil de las cosas, los seres y las ideas.
La biología más fascinante en la actualidad es aquella que se dedica con cortesía a los detalles más pequeños, a las singularidades más ínfimas. Las diferencias ya no son suprimidas por las estadísticas, sino que, por el contrario, se les invita a expresarse. El mundo vivo rebosa de excepciones a la regla. La vida evoluciona solo a distancia del equilibrio. Sensores con una agudeza de percepción inédita, junto con nuevas tecnologías de identificación y seguimiento a larga distancia, permiten tratar estadísticamente una masa increíble de observaciones que durante mucho tiempo fueron relegadas al estatus de simples anécdotas. Desde entonces, la biología revela individuos; mejor aún, personalidades, historias de vida, genealogías, relaciones sociales elaboradas, aprendizajes y transmisiones de experiencia, culturas.
Los biólogos se convierten en biógrafos y la biología, en una empresa literaria.
Elogio de la lentitud
Al enseñarnos a observar pacientemente a todos los seres vivos que nos rodean, los naturalistas que Vinciane nos presenta abren puertas, amplían nuestro imaginario, multiplican los puntos de vista y las oportunidades para enriquecer el mundo. La biología es una ciencia lenta. Hay una auténtica gracia en avanzar de esta manera, con pasos pequeños, para no causar daño a las cosas y a los seres. Es una ciencia de la singularidad que embruja el mundo desplegando con delicadeza y elegancia otras artes de vivir y nuevas maneras de pensar. El mundo se vuelve más complejo, más difícil de entender, ciertamente, pero también más rico y apasionante.
Sin embargo, esta poética de la atención es también una política, ya que si esta biología es una ciencia de la fascinación, también es una lección sobre el arte de vivir. Pueden vislumbrarse en ella formas novedosas de convivir, de cohabitar, de frecuentarse y de compartir espacios e historias sin excluirse y sin pelearse. En última instancia, es imaginar rutas para concebir una nueva alianza con los mundos silvestres. Que podría comenzar por aceptar que nos despierte al alba el canto de un mirlo... e incluso esperarlo, anhelarlo y agradecerlo.
Stephan Durand